miércoles, 28 de agosto de 2013

TEODORO R. FREJTMAN (foto, videos, biografia, datos personales, . ACTIVIDADES DESARROLLADAS EN DIVERSAS EXPRESIONES CREATIVAS, JUICIOS PERSONALES CONOCIDOS PÚBLICAMENTE  Y SUS POEMAS)

Videos
Biografía de:
TEODORO R. FREJTMAN
frej.jpg (9563 bytes)
TEODORO R. FREJTMAN
(1948 –    )
Teodoro R. Frejtman, - de profesión ingeniero -, nació en Concordia (E. Ríos - Argentina), en 1948. Radicado en Montevideo desde 1977, ha incursionado desde su juventud en diferentes expresiones artístico-literarias.
Guitarrista, cantante, guionista, humorista, autor de temas para niños y de raíz folklórica, aforismos, relatos, crónicas periodísticas, notas culturales, cuentos cortos, etc., destacan sus obras premiadas a lo largo de una rica trayectoria de la mano de la palabra, las imágenes y el ritmo.
Conferencista y disertante sobre temática diversa, ha transitado también por conciertos unipersonales de música y poesía en Buenos Aires y en Montevideo, habiendo sido seleccionado por plásticos de ciudades argentinas para inclusión de sus obras en muestras de poesía ilustrada.
Parte de su producción ha sido editada, entre otras, por publicaciones tales como Magazine Club, Ariel News, Revista de los Poetas, Casa de Salto, Punto de Encuentro, Logros, Apuntes, Impactos, Somos, La Voz, Taxi-Libre, Paso Carrasco, Nuevobarrio, Cuentos del 13, los diarios argentinos El Día, El Sol, El Heraldo y El Litoral, los diarios uruguayos Últimas Noticias, Norte, La Mañana, La República y Tribuna Salteña y varios sitios en Internet, de diferentes países de Latinoamérica, España y los EE.UU.
Distinguido con medallas y diplomas, por su aporte a la cultura rioplatense, por el Círculo de Artes y Letras Angel Falco, (ROU) por el Grupo Erato (ROU) y por el Círculo Literario Latencia (La Plata - R.A.), sus versos han estado presentes en las voces de artistas uruguayos, en recitales en teatros montevideanos, y en salas de España, Francia, Italia, México y EE.UU.

1. DATOS PERSONALES
NOMBRE: TEODORO RUBÉN FREJTMAN SCHVARTZMAN
FECHA DE NACIMIENTO: 10 de Enero de 1948
ESTADO CIVIL: Casado
PROFESIÓN: Ingeniero (UNLP) (R.A.)

2. ACTIVIDADES DESARROLLADAS EN DIVERSAS EXPRESIONES CREATIVAS
1.      LITERARIAS
1.      GÉNERO: POESÍA
a.      Autor de poesías de diversa temática (Desde 1958)
b.      Poesías editadas en publicaciones juveniles estudiantiles (Período 1961-1965)
c.       Muestra de Poesía Ilustrada con el concurso de Artistas Plásticos de La Plata R.A. (Año 1973)
d.      Obras publicadas por: las revistas montevideanas "Impactos", "Logros", "Apuntes", "La Voz", "Ariel News", "Punto de Encuentro", "Casa de Salto", "Magazine Club", "Taxi-Libre", "Revista de los Poetas" (Córdoba, Rep. Argentina); por los periódicos "Paso Carrasco", "Nuevobarrio", los diarios "Ultimas Noticias", "La Mañana", "Tribuna Salteña", el Grupo Aportes en su edición "Cuentos del 13" y los diarios argentinos "El Día" (La Plata), "El Sol", "El Heraldo" y "El Litoral" (Entre Ríos), así como la Sociedad Argentina de Escritores en su edición "Voces del Sur" y en ediciones de poesía seleccionada de autores contemporáneos del ciclo "Abrelabios" y del Círculo Literario "Grupo Erato" (ROU) (1975 en adelante)
e.      Autoría de poesías infantiles con destino a varias escuelas de Montevideo (1984-1989)
f.        Obras incluidas por la actriz uruguaya Teresa Puglia, en su recital "Cantando a los Poetas", en su presentación en el teatro de AGADU (ROU) y en sus giras por Italia, Francia, España, México y EE.UU. (1992-1993)
g.      Difusión de obras por parte de la Asociación de Escritores de La Habana (Cuba) en el "Festival de Poesía a Viva Voz" de ese país(1996).
h.      Participación en la Muestra de Poesía Breve en la Galería Caravelle de Montevideo (1994)
i.        Participación en las Muestras Artísticas de Funcionarios de UTE (1997-2000)
  1. GÉNERO: CUENTO
a.      Autor de cuentos (Desde 1970)
b.      Trabajos galardonados en diversos certámenes literarios nacionales e internacionales.
  1. GÉNERO: HUMOR
a.      Autor de un Diccionario de Humor titulado "Pequeño Fermat sin Ilustrar", inédito (1968)
b.      Guionista de la tira cómica "Ptolomeo", que editara el diario "El Día" de la ciudad de La Plata (Argentina), en sus suplementos dominicales, en la década del 70.
c.       Autor de aforismos políticos (19891999)
  1. PERIODÍSTICAS
a.      Trabajos en publicaciones estudiantiles (1961-1965)
b.      Autor del ensayo inédito "La Era Cósmica" (historia de lanzamientos de satélites, naves tripuladas, cohetes, etc, desde su origen en China, hasta 1965, inclusive) (1966).
c.       Integrante del Staff de las desaparecidas: "Revista de los Ingenieros", "Impactos" y "Magazine" (1992-1995)
d.      Coordinador general del "Boletín DYC" (UTE) (1995-1996)
e.      Columnista de: "La Voz" "Logros" y "Apuntes" (desde 1993)
f.        Columnista responsable de las páginas culturales de la revista "Somos" (desde 1997)
  1. MUSICALES
a.      Integrante de una agrupación orquestal, actuando en emisoras y escenarios de la ciudad de Concordia (R.A.) (1956-1960)
b.      Integrante de un quinteto vocal en la Rep. Argentina (1959)
c.       Actuaciones como guitarrista y cantante juvenil solista, de música folklórica, en emisoras, escenarios, café-concerts y canales de TV de Buenos Aires R.A. (Capital y Pcia.) (1962-1968)
d.      Musicalización de obras del poeta Pablo Schvartzman (1963)
e.      Autoría de canciones para niños (Período: 1964)
f.        Autoría de temas musicales de raíz folklórica (1966-1968)
g.      Recitales unipersonales de música y poesía en las entidades WIZO, CIU y NCI de Montevideo (1994)
  1. DISTINCIONES
Trabajos galardonados en diversos certámenes literarios nacionales e internacionales, organizados por Instituciones, entre las que se cuentan:
Asociación de Escritores del Interior (ROU)
Asociación de Escritores de La Habana (Cuba)
Asociación Internacional de Clubes de Leones (ROU)
Casa Cultural Uruguay-Suecia (ROU)
Centro Periodístico-Cultural Chuy (Chuy - ROU)
Centro Hispanoamericano de Artes y Letras (ROU)
Círculo de Artes y Letras Angel Falco (ROU)
Círculo Literario Latencia (La Plata – R.A.)
Círculo de los Poetas (Córdoba – R.A.)
Deptos. de Cultura I.M. Montevideo y Salto (ROU)
Diario La Democracia (San Carlos - ROU)
Embajada de España en Uruguay
Grupo Erato (ROU)
Grupo Literario I.De.AL. (San Carlos - ROU)
Grupo Literario Perfiles (Salto - ROU)
Instituto Nacional de la Familia y la Mujer (ROU)
Intendencias Municipales de Montevideo y de Salto (ROU)
Ministerio de Educación y Cultura (ROU)
Movimiento Literario Natalio A. Vadell (Carmelo - ROU)
Municipalidad de Mercedes (Bs.As. - R.A.)
Sociedad de Escritores de La Plata (La Plata - R.A.)
Sociedad Argentina de Escritores (SADE)
Subsecretaria de Cultura de la Prov. de Bs. As. (R.A.)
Comisión de Cultura Junta Deptal. de Montevideo
Administración Nacional de Usinas y Trasmisiones Eléctricas
Comisión de Cultura Junta Deptal. de Montevideo
  1. ALGUNOS JUICIOS PERSONALES CONOCIDOS PÚBLICAMENTE
"... poseedor de una riqueza idiomática pocas veces tan claramente puesta al servicio de la poesía..." (Graziella Pittaluga, poeta, escritora, Diario La Mañana, Montevideo)

"... escritor de rica y exquisita sensibilidad..." (Nelly de Perino, poeta, escritora)

"... interesantísimas expresiones reveladas en poemas..." (Diario Ultimas Noticias, Montevideo, Uruguay).

"... obra justamente premiada..." (Salvador Bermúdez, exEmbaj. de España en ROU)

"... hemos otorgado el Primer Premio a una obra perfectamente lograda, con modernidad de expresión, perfecto ritmo, bellísimas imágenes y clima poético magníficamente alcanzado..." (Elsa Baroni de Barreneche, poeta, escritora).


Sus poemas

VIDA DE FUEGO Y POBREZA 

Vida de fuego y pobreza
en el caserón antiguo,
ella, una vieja gitana, 
él, un anciano mendigo.

Cuatro candiles y el bronce
brillando sucio, y un vidrio
roto sobre las espaldas
de un silencioso domingo.

Ella bebe de una jarra 
que la tarde abraza en vino 
las sonrisas apagadas, 
las nostalgias ya sin ruido.

Por la noche una disputa 
que sube hasta el rojo vivo, 
quiere amores la gitana 
que increpa duro al marido.

La criada corre prisa 
por el terreno baldío, 
un grito que se agiganta, 
un aire de miedo y frío. 

Llega tarde hasta la vera
del acto aquel, y es testigo 
de una gitana que llora 
borracha de amor y vino. 

... trenzas de llanto en su rostro
tiembla en su mano un cuchillo... 

SE ESTAN HACIENDO CANCIONES

Se están haciendo canciones,
en un lugar, no sé dónde.
Las tararean dos ramas
que se rozan en el monte,
las balbucean las olas
que allá en la playa se rompen.

Se están haciendo canciones
en una plaza sin flores,
en las caricias de un vientre 
de quien gesta sensaciones,
y en el ave que festeja
que han nacido seis pichones.

Se están haciendo canciones
hechas por niños, por hombres,
en una cuna sin sueño,
en una mina de cobre,
en un libreto de Momo,
y en paletas de pintores.

Se están haciendo canciones,
en un lugar, no sé dónde.
Las memorizan artistas
que las vuelcan con sus voces,
las coleccionan guitarras
en rasgueos y en acordes.

Se están haciendo canciones
en libertad y en prisiones,
en boliches de la costa,
en un exceso de alcoholes,
y en los silbidos del viento
que penetra en los rincones.

Se están haciendo canciones
con ritmos ricos y pobres,
en cavernas clandestinas,
en elegantes salones,
de las que son pegadizas,
de las que nadie conoce.

Se están haciendo canciones
en un lugar, no sé dónde.
Las componen los ancestros
que las herencias recogen,
las desafinan las muertes,
en sepulcros, mármol, bronce.

Se están haciendo canciones
por los soldados sin nombre
en la tregua de una guerra
que borró los horizontes,
y en la pluma del poeta 
que se entrega cada noche.

Se están haciendo canciones
en burdeles que se esconden,
en los rituales sagrados,
por hindúes o masones,
en los días de setiembre,
y en plegarias y oraciones.

Se están haciendo canciones,
en un lugar, no sé dónde.
las perpetúan los grillos
que dan conciertos al bosque,
las interpretan campanas
de catedrales sin dioses.

Se están haciendo canciones,
en un lugar, no sé dónde.

¡Celebremos, hay amores !.

MI PADRE ME DIJO DE NIÑO


Mi padre me dijo de niño
que los árboles crecían
hacia arriba y hacia abajo,
por fuera bebiendo el aire
por dentro tierra apretados.

Mi padre me dijo de niño
que los árboles son hermanos
por fuera los mata el hombre
por dentro se dan las manos.

Mi padre me dijo de niño
que los árboles del patio
conversan siempre entre ellos
por las noches ratos largos.

Mi padre me dijo de niño
que los árboles de pájaros
renacen en primavera
dan frutos en el verano.

Mi padre me dijo de niño
que dos obreros del barrio
son árboles silenciosos
que a mí me engendraron árbol.

NEGRA YOLANDA


El ébano de tu sangre
se hinca sobre la almohada
con un candil de sudores
en los suspiros del alba
donde tus muslos dibujan
los encajes de las sábanas.

Negra seda, negra dalia
pintan tus ojos canela
comparsa y café, Yolanda.

En los sueños de tambores
destilas sonrisas blancas
con un dolor de candados
en tus pañuelos de nácar
abriendo surcos tus aros
y en el besar entregada.

Negra estirpe, negra y gracia
son tus amores morenos
indescriptibles, Yolanda.

Brisas de puerto y misterios
que cubren tu antigua cama
donde yacen los temblores
del fuego de mil guitarras
y en barro nocturno hueles
como esculpida cerámica.

Negra azúcar, negra ánfora
por los deseos del tiempo
van tus sandalias, Yolanda.

Grito, paisaje y ternura
en el néctar de tu savia
por callejuelas vibrantes
van tus senos que arrebatan
la locura de la luna
hecha de drama y de plata.

Negra entera, negra mágica
dame tu tinta encendida
inconfundible, Yolanda.
* * *

EL AMOR DEL SOLDADO

Sólo minutos dispongo
para escribir un poema
es que ya llega la aurora
y los fusiles despiertan.
Tintas de amor y de sueños
y pocos instantes restan
en medio de la metralla
preñada por la tormenta
con un dolor color carne
de heridas que yacen secas.

Es que palabras no hallo
y los versos se cercenan
por un rugir de cañones
en esta oscura trinchera.
Cómo puedo beber vida?
si la muerte está tan cerca.
Cómo encuentro consonantes?
si el alma se vuelve yerma
y las vocales se espantan
con las luces de la guerra.

El reloj no se detiene.
Corre y corre. Y por mis venas
vagan, crecen, precipitan
inconclusas rimas sueltas.
Es este amor de soldado
que llama un sol y festeja
la sed de besos enteros
para su cuerpo de menta
para su pelo de viento
que en mí se vuelven esperas.

Ya no me quedan rincones
donde apoyarme de letras.
Mi carta muere en silencio
la luna es plomo y violeta
y el alcohol es horizonte
donde mi piel se confiesa
desde una lágrima turbia
con una voz de quimeras
y un lápiz que llora y llora
pues nunca seré poeta.
* * *

BUSCANDOTE

A veces
cuando me agrieta el aire la mirada
salgo a buscarte maduro de esperanzas
echo a rodar el grito de un deseo
y vuelvo a caminar la calle ancha.
Déjame,
que te encuentre en las esquinas
déjame besar tu boca pálida
y hundirme lentamente de a pedazos
en la paloma de tu pollera blanca.
Pero sigo en este andar de caminante
con una estrella rota en mis espaldas
ajando agudo este silencio
que corre sepulcral por mi garganta.
Porque no estás te voy llamando
para quemar de sueños la mañana
y gastar en ti todas las lunas
que este tiempo de octubre nos regala.
Ven muchacha,
levántate a mis ojos
trae contigo el sol en las pestañas
no niegues para mí tu piel almendra
despiértale los pliegues a mis sábanas.
Subo los peldaños de la noche
con un frágil silbido en al solapa
ella bebe en soledad su negativa
yo regreso vacío de palabras.
Más,
intentaré de nuevo
colgar de su pupila luz dorada
nacerá mi paso, e irá por ella
volviendo a caminar la calle ancha.

CRECE MI CANCION


Crece mi canción.

Por mis manos soñolientas,
al compás de la bohemia,
entre muros de nostalgia.

Crece.

Crece mi canción.

Por la orilla de los besos,
como un hilo de silencios,
con el viento sin escalas.

Crece.

Crece mi canción.

Por la paz del ritmo lento,
en la bruma de mi puerto,
con un eco verdemagia.

Crece.

Crece mi canción.

Por el son que me persigue,
al influjo de la lluvia,
... como yo, mi enamorada.

JAQUE

Fue un tablero aquél, tu amor, y la jugada 
fue la vida que perdí por un momento. 
Me encerraste entre torres escarpadas 
y acosado por corceles de desprecio 
batallé como un rey enardecido 
pero el jaque estaba dado... 

...y caí muerto. 

CITRUS

Verde vienes a mí
con un azahar por aroma de tu boca
estallando en zumo,
brotando en pulpa,
modelando al sol tu cintura pronta.
Bailas, mecida por la brisa
que acaricia tu pollera de hojas,
y caes a la arena,
y ahí te encuentro,
para madurarte entre las sombras.

domingo, 18 de agosto de 2013

LUIS PALÉS MATOS
(videos, fotos, biografía y sus poemas)
Videos
LUIS PALÉS MATOS 
(1898-1959)

Poeta puertorriqueño. Nació en Guayama y murió en Santurce. En su familia hubo varios poetas: sus padres y dos de sus hermanos, pero al parecer, solamente él sobresalió como artista reconocido.
A la edad de dieciséis años, publicó Azaleas, su primer libro de versos. En este su primer libro se ve claramente la influencia de los poetas modernistas hispanoamericanos de sus tiempo: Rubén Darío, Julio Herrera y Reissig y Leopoldo Lugones, entre otros.
Siendo aún joven, falleció súbitamente su padre, debido a ello; tuvo que dejar los estudios universitarios para ayudar económicamente a su familia. Nunca volvió a la universidad para terminar su educación.
Se casó con Natividad Suliveres, muchacha a quien había conocido en la escuela secundaria. Poco después de haberse casado, Natividad falleció de tuberculosis. A la muerte de su esposa, Palés se trasladó a San Juan y allí trabajó como canciller en el Consulado de Santo Domingo. Luego pasó al Departamento de Salud, en donde conoció a María de Lourdes Valdés Tous, con la que se casó.
Participó en la política de la Isla, exhibiendo grandes dotes de orador. En la campaña política de 1929, se involucró en el movimiento independista de Puerto Rico.
La primera edición de Tuntún de pasa y grifería vio la luz en San Juan en 1937. Este primer volumen le consiguió el primer premio de literatura concedido por el Instituto de Literatura Puertorriqueña. Siguió con su novela Litoral. Se publicó por entregas, tanto en el semanario de la Universidad de Puerto Rico como en el periódico El Diario de Puerto Rico..
Después de sufrir un infarto, Palés viajó por Estados Unidos. En esta gira participó en muchas presentaciones de sus obras y le otorgaron diversos honores, tanto en grupos culturales como de varias universidades norteamericanas.
Los años que siguieron fueron duros para él. Además de la muerte de su primera esposa Verónica y de su hijo Edgardo, su primera nieta falleció en 1958. Había puesto en ella toda su ilusión y su gran amor. Al año siguiente, fallece él también en Santurce, a la edad de sesenta y un años.
Sus poemas

FRONTIS

Lector, vas a beber en una fuente,
donde al bajar el labio y la mirada,
encontrarás tu imagen retratada
en la seda de su onda transparente;

vas a beber el agua de un torrente
hecha de Todo y en resumen Nada,
que sabe de la estrella inmaculada
y de la sima negra y atrayente...

Ese es mi verso; profundiza un poco.
No compadezcas mi dolor, si loco
te lanza entre la sombra su saeta;

sigue, a tientas quizás: Jasón perdido,
y toparás al cabo sorprendido,
el vellocino de oro del poeta.

CANCIONES DE LA VIDA MEDIA 

Ahora vamos de nuevo a cantar alma mía; 
a cantar sin palabras. 
Desnúdate de imágenes y poda extensamente 
tus viñas de hojarasca. 

No adulteres el mosto que hierve en tus lagares 
con esencias extrañas, 
y así, te dará un vino sencillo pero puro, 
porque es vino de casa. 

Anda el viejo camino para que se te vea 
la intención noble y clara, 
y huye de las retóricas travesuras ingenuas 
que inquietaron tu infancia. 

Ya eres vieja, alma mía. Árbol que entra en la zona 
de la vida mediada. 
Como fruta madura te cuelga el sentimiento 
de la rama más alta. 

Rama de bella fronda que perfumó al canto, 
ahora se ve pelada... 
Para cuajar el fruto tuvieron que caerse 
las hojas de la rama. 

Así estás, alma mía, en tu grave hora nueva, 
toda desnuda y blanca, 
erguida hacia el silencio milenario y profundo 
de la estrella lejana. 
EL RELOJ

Con una incontrastable isocronía
canta el reloj las horas que transcurren,
y cual gnomos, por su armazonería,
como suspiros, rápidas, se escurren.

Quizá el tedio lo mata, y a porfía
las dos agujas del reloj, se aburren,
de estar marca que marca todo el día,
arcano idioma que ellas no discurren.

Mirado desde lejos, tiene aspecto
extraño y mitológico, de insecto
que ye correr la vida, indiferente;

y el péndulo, una lengua centelleante,
hiperbólicamente jadeante
que se mofa del tiempo eternamente.

MATINAL

(Para Carmelo Obén)

El letargo padece despertamientos;
palpita entre las frondas rumor de oleaje,
y una llovizna sueña desgreñamientos
de cristales sutiles, sobre el ramaje.

Como un orientalismo de ensoñamientos
la neblina recoge su tul de encaje.
¿Qué efervescencia pone sacudimientos
en la pereza rústica del paisaje?

Un trino cristalino lejano suena,
y Polimnia desflora su cantilena
en el glú-glú risueño de la fontana:

Febo guiña indeciso detrás del monte,
y explota en llamaradas el horizonte
al ósculo candente de la mañana.

GUAYAMESA

Suave como los tallos del papiro,
con una vaga irradiación de fresa
es tu talle de egipcia, en el que admiro
toda la majestad de una princesa.

El ensueño y el mar, en el zafiro
de tus ojos, se tiñen Guayamesa;
y como turquesino es el suspiro,
en tus ojos se baña de turquesa.

Cabellera auroral y frente blanca
donde el pudor alguna vez se estanca...
cuando tu cabellera rizos llueve.

Al caer en tu frente ese tesoro,
urde un desborde de flamante oro
sobre un albino témpano de nieve.

MATICES

(Para un suave poeta:
a Nicolás Blanco)

I

Una risotada
en todas las cosas... 
sobre la enramada
de las pomarrosas;

en el océano
que tiembla de gozo,
bajo el beso sano,
tibio y amoroso

de la luna llena,
que se muestra plena
de anhelos febriles,

cuando los celajes
pasan, cual mirajes
de cosas sutiles.


II

Anhelo de agua
cristalina y pura,
bajo de la fragua
que da calentura

del sol irritante
que en el cenit brilla
como centelleante,
pupila amarilla.

Un hálito de horno
agranda el bochorno
que en todo se siembra,

y brilla el desmayo
al canto de un gallo
llamando a su hembra.


III

Las hojas muriendo
pálidas y mustias
van al alma hiriendo
como haces de angustias,

y la brisa queda
en sus blandos giros
un tropel remeda
de amantes suspiros.

Mariposa blonda
silenciosa ronda
el jardín exiguo,

mientras la memoria
recorre la historia
de un recuerdo antiguo.


IV

Desprovistos de hojas
los árboles viejos
dan al viento dejos
de ocultas congojas.

Lentos los salterios
vierten su tristeza
entre la pereza
de los monasterios...

Bajo la nevada
parece que nada
de vida palpita,

y fulge la luna
como el alma de una
nostalgia infinita.

NEUROSIS

Yo no sé si soy sonámbulo o neurótico;
siento algos en el alma, y no son míos...
El ambiente me sofoca, como a exótico
en un pueblo enteramente de judíos.

Vivo en ml y no comprendo; hormigueos
van abriendo filtraciones de erotismo
en mi pecho, y un enjambre de deseos
mancha ci cisne de mi estricto misticismo.

Poco a poco de mi juicio van comiendo
y un volcán de efervescencia promoviendo
al tocar de mis recuerdos el tropel;

que se agitan como cuervos plutonianos,
como duendes, como brujas, como enanos
del imperio revoltoso de Luzbel.

MEDIA NOCHE

Este silencio lleno de morfina
goza un mareo de profundidades,
donde el alma poética se inclina
atisbando soñadas claridades;

y se pierde en la sed, de una divina
procesión de simbólicas beldades:
novia blanca, y azul, y cristalina,
novia llena de espiritualidades.

Las doce de la Noche. Muy aprisa
pasa el arco invisible de la brisa
sobre el cordaje rudo de la fronda;

y el soñador bohemio, bajo una
borrachera, vacua ante la luna
que le clava su hostia pura y honda.

LA PIEDRA

En su duro letargo concentrada,
redonda, como el cráneo de un gigante,
la piedra en la vereda perfumada
es verruga enigmática y punzante.

Quieta, sintió la alegre carcajada,
y el temblor de la carne rozagante,
de la muchacha frágil y cansada
que llegó con el cántaro jadeante.

La piedra suda un ansia negra y blonda.
En lo profundo de su entraña honda
un sueño se arrebuja perezoso.

"¡Moisés, Moisés, la turba está sedienta;
tócame con tu vara, que revienta
el manantial de liquido precioso!"

EL BESO

El champagne de la tarde sedativa
embriagó la montaña y el abismo,
de una sedosidad de misticismo,
y de una opalescencia compasiva.

Hundiste el puñal zarco de tu altiva
mirada en mis adentros, y el lirismo
cundió mi alma de romanticismo:
rodó la gema de la estrofa viva.

Entonces gimió el cisne de mi ansia,
por el remanso lleno de arrogancia
de tus ojos nostálgicos y sabios;

y la dorada abeja del deseo,
en su errante y sutil revoloteo
buscó el clavel sangriento de tus labios.

SABADO DE GLORIA

(Para mi profesor
y distinguido amigo José M. Baba)

Esta mañana loca de campana,
y una como alegría retozona,
rebosa rica limpidez cristiana
en su franca pureza de madona.

"¡Cristo, Cristo!" resuena en la pradera
la elocuencia de Abril. "Toma estas flores;
colna me las brindó en la primavera
y ellas pueblan de triunfo mis ardores...

Cristo mira las almas sonriendo;
en sus sonrisas inquietantes, mudas,
un calor de entusiasmo se deslíe;

mientras todo ridículo, corriendo
sobre un pellejo hecho pollino, Judas
al verse tan estúpido, se ríe.

DIA NUBLADO

Bajo las nubes plúmbeas y letíferas
brinca el recuerdo, fugitivo y rancio,
y en las calmas beatas y somníferas
palpita una fatiga de cansancio.

Recorta el monte su silueta bruna
en una fiebre mística de asceta,
pues lejos de Guayama, goza una
hiperbólica paz de anacoreta.

La conciencia del dombo se ennegrece,
cual la de un criminal, y desfallece
en la seda de exótico desmayo;

le nacen al dolor siete raíces,
y en la pizarra de los cielos grises
Dios escribe su nombre con el rayo.

EL RIO

El río es una melancolía estirada y sofocante.
El río es una irritación de piedras, calcinante.
Está seco, no tiene lágrimas porque el sol quemante
lo ha mirado con pupila penetrante...

El río está sediento... rememora anhelante,
cuando espejeó la nieve de un semblante
y adormeció a un cuerpo fragante...
¡Oh el perfume en su onda voluptuosa y palpitante!

Voló a otras regiones el martinete errante;
y está marchita en su margen la flor odorante.
El lirio no genuflexiona arrogante...

El río embiste la vista plúmbeo y abrasante;
el río es un pesar petrificado y punzante...
El río es una melancolía estirada y sofocante.

LA GUAJANA

Como si una nube se hubiese dormido
sobre la esmeralda del cañaveral,
con un gris sedoso, media desteñido
la guajana flecha la vista espectral.

En su pesadumbre de esfuerzo perdido,
de una neurastenia lánguida, eternal,
tiene la elocuencia sutil del olvido,
y un sugestionismo lúgubre y fatal.

La llanura sufre la calenturienta
sensación de un ansia; sobre ella revienta
la guajana coma el copo de amargar,

y en aquella eterna sonata de almíbar,
irrumpe la triste lágrima de acíbar
como en la alegría revienta el dolor.

LA CEIBA

La ceiba sobre el cauce se dobla bondadosa
quebrando la afonía de la áfona llanura.
Con su voz de matrona, la ceiba caprichosa
tiene el ramaje loco de una rara locura.

Ella entraña el recuerdo recóndito y fragante,
de una princesa india de pupila moruna,
que sumergió en el río su cuerpo palpitante
bajo la anemia crónica de la pálida luna.

Ella ofrenda su sombra tutelar al viajero
nostálgico de calma; el ruiseñor parlero,
entona entre sus ramas fervientes sonatinas;

la ceiba es una madre, que sobre el río largo
expande su paraguas enorme; y sin embargo,
la ceiba tiene el tronco pletórico de espinas.

ENSOÑACION

Por el cuadrado de una ventana de nuestra escuela
que de soslayo me ríe toda su claridad,
miro el paisaje chillón y viva, de un azul hondo
y una sencilla calma de infante diafanidad.

El cielo limpio, de vez en cuando, se mancha en una
de esas blancuras puras y llenas de santidad,
con que el celaje tiñendo el dombo del firmamento
risueña el éxtasis con su ternura de castidad.

Mientras discurre par la pizarra la geometría
le nacen alas de ibis al ave del alma mía,
y de la escuela me voy muy lejos, a una región

donde es más fresca la gran mejilla de la mañana,
y sollozando sobre las notas de la fontana,
me aguarda inquieta la dulce novia del corazón.
MISTICO

(Para la muerta niña)

Envuelta en una magia de rosados candores,
sobre un reclinatorio de nardos y azahares,
tu cuerpecito lleno de inocentes temblores
dormía su narcisismo, ajeno a las pesares.

Velaba tu alma honesta vago romanticismo:
doradas mariposas, quiméricos jardines,
fuentecillas gimiendo en su solitarismo
como un encantamiento de notas de violines.

Abismada en el prisma que la niñez ponía
ante tus ojos, negros como los sinsabores,
tu vida era crátera de rica fantasía.

Y, núcleo de una alegre cáfila de rumores,
eras como el preludio de suave melodía
que el céfiro nocturno remeda entre las flores.

FANTASIA

(Para la amada del haschich)

Bajo la pedrería de la noche estrellada,
borracho en el zafiro de un desmayo amoroso,
sueño en las pupilas morunas de mi amada
que habita en un castillo lejano y misterioso.

Nos amamos de lejos, pues un dragón rabioso
cuida los movimientos de mi novia encantada,
y ella, sin abatirse por su destino odioso,
hila místicamente tranquila y resignada.

¿La fuga? Será noche, cuando la primavera
vierta su cornucopia de luz en la pradera
y suene del convento la romántica esquila,

cuando mi amada anónima, que ni una queja exhala,
concluya, con sus dedos delicados, la escala
que hace tiempo en la rueca de su silencio hila.

FRUTA PROHIBIDA

(Para la amada de fuego)

Era la noche plétora de un delirio chispeante,
era una indiferencia sonámbula y fragante:
la muda indiferencia de los astros, despiertos
como un diluvio de ojos parpadeantes y abiertos.

Era un vaho de perfume de hembra en los jardines,
bajo la enredadera de los blancos jazmines;
y aquellas, las estrellas, nos miraban temblando;
y vino el paraíso de anhelos suspirando;

y vino aquel deseo de la mujer primera,
y tembló sorprendida la casta enredadera;
y en el febril incendio de nuestra edad temprana,

tú deshecha en querellas, yo en el amor ardiente,
probamos los dulzores de la roja manzana,
y vimos como alegre silbaba la serpiente. .

FIEBRE AUTUMNAL

El crepúsculo finge un hervidero
cruento y ardiente... Sobre el mar sonoro
resbala el melancólico y postrero
lampo de sol, como una flecha de oro.

El monstruo llora un rictus de armonías
y al beso de la luz se congestiona,
cual si sangraran en sus ondas frías
las cuatro heridas de Rabí Jeschona.

La ojera del ocaso cobra un vago
violeta-oscuro, dándole al estrago
un capricho romántico de rosas;

la noche muestra toda su fortuna,
y brota, como un pétalo, la luna
envuelta en santidades vaporo
sas.

martes, 6 de agosto de 2013

Matilde Alaba Swann(videos, fotos biografia y poemas)
VIDEOS

Biografía de Matilde Alba Swann



Matilde Alba Swann
(1912-2000)

Matilde Alba Swann es el seudónimo de Matilde Kirilovsky de Creimer. (24/2/12 -13/09/00), hija de Alaquin Kirilovsky y Emma Ioffe. Casada con Samuel Creimer,cinco hijos; Abogada (1933), recibida a los 21 años en la Facultad de CienciasJurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata.

Ejerció la profesión durante más de 50 años con el respeto y cariño de sus
colegas. Se la recuerda logrando la absolución de la recordada uxoricida Remberta Nieves, o interponiendo resonantes acciones de amparo persiguiendo mejorar la situación de los indefensos. Extracción de sangre de menores tutelados; sufragio de los menores tutelados. Trato inhumano a los internados del Hospital Melchor Romero. Fue asesora en temas de minoridad del Ministerio de Acción Social y del ex-Gobernador de la Provincia de Buenos Aires Dr. Eduardo Duhalde.

En poesía publica ocho libros de poemas: Canción y grito (1955); Salmo al retorno (1956); Madera para mi mañana (1957); Tránsito del infinito adentro (1959); Coral y remolino (1960), Grillo y cuna (1971); Con un hijo bajo el brazo (1978); Crónica de mi misma 1980. Recibe innumerables premios, menciones y honores, entre los que se destacan su promoción para el premio Nobel de Literatura 1992; premio Santa Clara de Asís de 1991; Premio Provincia de Buenos Aires -poesía- 1991; recibe una de las primeras "Orden del Buen Vecino", premio Municipal de Literatura de La Plata; 3er. Premio de poesía Augusto Mario Delfino, fajas de honor de la Sociedad de Escritores de la Provincia; Ofrenda de las Instituciones representativas y fuerzas vivas de La Plata por su dedicación de eminente poeta y eterna defensora de la minoridad.- Recibió la estatuilla Stella Maris. Integró jurados de premios nacionales como el "Forti Glori", provinciales y municipales; Mención del Club Universitario de La Plata; Mención de la Asociación Femenina de Periodistas del Perú; Integró la comisión de honor del Primer Encuentro Latinoamericano de poetas; Fue designada Mujer Notable de la Comunidad, por el Rotary Internacional Filial La Plata; Premio Dedicación a la Minoridad otorgado por el Ateneo; Rotario; la Biblioteca Braille le tradujo su ultimo libro al idioma Braille; Accésit al premio Almafuerte; 2do. Premio de Poesía Ilustrado Municipalidad de La Plata - 1971; 3er. Premio de Poesía
Ilustrada Municipalidad de La Plata; 2do. Premio de Asociación Judicial Bonaerense.

Como periodista condujo audiciones de literatura en las radios Provincia de Buenos Aires y Universidad de La Plata; fue colaboradora permanente del Diario El Día de La Plata. Fue corresponsal de guerra del Diario El Día en la guerra de las Malvinas; fue colaboradora de la Página literaria del Diario La Capital de Mar del Plata.  Falleció el 13 de setiembre de 2000 en La Plata
Sus poemas

LLUVIA

Lluvia, hoy no te siento.
Hoy no eres nada
mas que agua vertical.
Apenas si te escucho
golpear el pavimento
y llamar con tu clave
sobre mi ventanal

Lluvia, hoy no eres nada
para mi desaliento
nocturno y abismal.

Cuando era niña hallaba
en tu cancion un cuento,
y ya en mi adolescencia
me diste un madrigal.
Ahora lluvia tengo
tanta tristeza adentro,
que no me dices nada
solo te oigo golpear.

CRÓNICA DE MI MISMA

Y querer merecerme; de veras merecerme.
Revisar mis dispersas escrituras,
mi palabra, revisarme el sollozo,
la garganta,
auscultarme el latido, desollarme,
revisarme las venas, las arterias.
todo el complejo existencial
que asumo.

Revisar mi conducta, mis proyectos,
lo soñado, ensoñado,
lo vivido,
conformarme de nuevo, aun no inscripta,
sin visión, sin recuerdo, sin mentiras,
sin verdades ocultas, temerosas,
sin impulsos,
sin deserción, sin este yo
impreciso.

Revisarme hasta el fondo, descifrarme,
prenderme, saberme, perdonarme,
tanto pude y no hice,
tanto hice febril
a manotazos,
en apremio suicida, lograr algo, dejar
algo, quedarme allí incrustada,
en la trama inicial, impenetrable,
indestructible, quedar, estar,
ser siempre,
y vencer de la muerte,
y de la vida.

Permanecer y ser, por solo acto
de ingerencia en un sino
de criatura.

Despedacé mi carne, carne mía, fatigada
de esfuerzo y sinsabores, me derramé, me di,
me hice guiñapo; al costado de holgura,
fui miseria.
Quise tanto y a tantos, y la tierra,
ese soplo de polvo que me aguarda,
y mi aventura batalladora hecha
de timidez, de inermidad
y miedo.
Estos árboles rudos que me vencen
la mirada, cada vez menos útil, y esta noche
que circunda mis noches y me azuza y me manda
no dormir, y pensar, y sentir frío,
y volver al dolor que hice a un costado.
Yo debo revisarme desde el antes,
descubrir el motivo, causa, impulso, la razón,
el por qué, y el hacia adónde, y el por qué
del por qué de la pregunta.
Ascender la montaña hacia la cima,
y mirarme, un abismo,
en el abismo, y elevarme al azul
por propio esfuerzo apoyándome en mí,
envolviéndome en mí,
desde mí misma,
tirar de mí hacia arriba; tocar siquiera
una sola estrella, una sola, o su fulgor
siquiera, o siquiera seguirla
desnudando
mi vergüenza a su luz. Esta corteza,
que resquebraja
cada vez que pienso,
y estas raíces que me petrifican
bajo la inercia de un planeta
muerto.
Quiero salir maleza a herir caminos,
y punzarme de heridas, ser, de pronto,
este mundo y un próximo intuido,
y recordar, de pronto, un otro antiguo
mundo en seres golpeados que lloraron
mucho antes de mí, y que derramaron
en mi llanto de hoy, su sal y acíbar.

Ser el ánfora quieta de una ignota,
milenaria mansión
sin nada dentro,
y esperando.

Un océano en peces y vitrales, y en suicidas
y barcos milenarios; ser la orilla, el camino
sobre el agua, ser la brújula, el sol rojo
de noche y el marinero que perdió la novia,
la llegada y el puerto, abigarradas
multitudes ruidosas,
y en mí, nadie.

Asomarme a la ardiente boca ígnea
de un volcán que despierta en el incendio,
y saber que soy fuego y quemadura,
que la lava soy yo,
descascarando;
desnudada, sentirme leña al rojo, derramado
mineral,
embistiendo la ladera, burbujeante y hervida.

Merecerme, de veras merecerme;
en cuclillas orar, sin darme cuenta,
porque quiera la entraña de mi madre,
exhalarme a la luz, y ser pequeña,
respirar, prometer, ser la esperanza
para alguien, sin nada más que el hilo,
que amenaza romper de una esperanza.

Merecerme de veras; ya retorno
del altar y del lodo, del sollozo,
del gemido y del canto, de mi propio
funeral, y me escucho como corro
anhelante y jadeante
a mi bautismo.

LA CANCION DE BERISSO

Ya te canto Berisso, caserío de latas,
portentoso latido de petrolera y fábricas.
Le canto a tu canal de sangre verdinegra
corriendo por tu cuerpo su endurecida arteria,
y canto a tu horizonte frustrado en chimeneas.

Yo le canto a tus hombres cauce de fibra y carne
para un proceloso océano de riquezas.
Y canto a tus mujeres afluentes sensitivas
con su aporte de sangre, desvelo y fatiga,
corriendo en jornadas por senderos de piedra.
Les canto por recias, valientes y tiernas
cumpliendo su excelso destino de hembra
florecidas en hijos, marchitas de espera.
Le canto a tus muchachos dejando la tarea
veneno en sus pulmones y plomo en las arterias,
en un alucinado girar de poleas .
Y canto a tus muchachas amapolas enhiestas
deshojando sus pétalos en la sección "conservas".
Le canto a tus niños al borde del camino
lanzando en barrilete sus mensajes al sol.
Le canto a sus harapos, y a su lecho de piso,
a su soledad de padres en horas de labor.
Yo le canto a tus niñas saliendo de la escuela:
alemanas, rusitas, italianas, armenias,
distintas lenguas todas e idéntico candor;
y canto a las pequeñas hijas de mi tierra
"made in argentina" levadura extrajera,
raíces que se prenden a un destino mejor.

Le canto al influjo de tus academias
alimentando el sueño de tu adolescencia
por salir del hollín;
y canto a tus escuelas nocturnas para adultos
donde padres y abuelos aprenden a escribir.
Le canto a tu optimismo, cuando a la calle estrecha
de casa de madera y techumbre de cinc,
aquella que conduce derecho al matadero
salpicada de barro, le llamas PORVENIR...

Le canto a tu puerto de aguas hondas y quietas
con calor de regazo para vidas que llegan
en parición fecunda de una clase tercera.
Le canto a tus noches y le canto a tu almohada
con olor a petróleo y a res sacrificada.
La canto a tus bares de congojas que saltan
al aire en estridencias, guitarras, balalaikas ,
violines, bandoneón...
Marineros borrachos que cambian por monedas
honesto contrabando cigarrillos y alcohol.
La canto a tu cantina frente al embarcadero
Con lumbre de luciérnaga, paz de sauce llorón;
pescadores que vuelcan de sus redes repletas
hondas reminiscencias de una isla de amor.

Yo se que hay en mi tierra ciudades portentosas
de altivos rascacielos y riente población,
pero yo no podría transponer tus fronteras
sin pasar mi caricia sobre tu miseria,
sin hundirme en tu barro, sin morder tu pobreza,
sin sentir la tragedia de tu resignación,
a no ser otra cosa que lo que eres, colmena
desangrándote en mieles para gulas ajenas,

Y AQUÍ ESTA MI CANCION

Yo te canto colmena, por eso, por colmena,
y mi canto que quiso ser un grito de guerra,
un clarín de protesta, una arenga viril,
Después de conocerte Berisso bien de cerca
se repliega y comprende, que te haría feliz
alguna canción dulce de amor que te conmueva,
una canción de cuna sutil que te adormezca
bajo un cielo que el humo camufló de gris.

POBREZA A LOS DIEZ AÑOS

Toda mi angustia tuvo la forma de un zapato.
de un zapatito roto, opaco, desclavado.
El patio de la escuela... Apenas tercer grado...
Qué largo fue el recreo, el más largo el año.
Yo sentía vergüenza de mostrar mi pobreza.
Hubiera preferido tener rotas las piernas
y entero mi calzado. Y allí contra una puerta
recostada, mirando, me invadía el cansancio
de ver cómo corrían los otros por el patio.

Zapatos con cordones, zapatos con tirillas,
todos zapatos sanos. Me sentía en pecado
vencida y diminuta, mi corazón sangrando...
Si supieran los hombres cuánto a los diez años
puede sufrir un niño por no tener zapatos...
Que anticipo de angustia. Todavía perdura
doliéndome el pasado. El patio de la escuela
y aquel recreo largo...

Mi piecesito trémulo, miedoso, acurrucado.
Mi infancia entristecida, mi mundo derrumbado.
Un pájaro sin alas, tendido al pie de un árbol.
La pobreza no tiene perdón a los diez años.


COMO UN CÁNTARO

Desde mi ángulo diurno de cordura,
no recordaba cómo,
llegué flecha, a disparar del arco.
Fue la herida de penetrar la noche,
que me llamó a encontrarme.
Se miraba mi boca
en un roto cristal crecido a espejo.
Con voluptuosa, medida muerte lenta, comencé,
como un junco, vergonzoso de luz bajo la brisa,
a declinar, y hallé hermoso contarme, derramando.
Fue el oído subiendo hasta la nota,
fue una danza de ninfas sobre el lienzo,
fue un murmullo de cuerdas arriesgadas,
fue el silencio total, dando en el fondo
del lugar de doler, y fue el estruendo
de cien locas gargantas, borbotones,
presurosos, urgidos
borbotones.
En el espejo, dos orillas curvadas de verano.
Estabas a mis márgenes, con el agua mía
riéndose a tus carnes,
escasamente, mi nivel no alcanzaba
siquiera al cáliz de tu cuerpo, cuerpo.
Hubieras, sí, jugado con mi espuma, inclinada
tu cabeza triste, y un poco sorprendida.
Hubieras tal vez puesto tu paladar
a escuchar mi voz de tempestad y azúcar,
y a medio claudicar, como quien oye
un lejano temblor
de cascos vueltos, vacilabas
la inminencia, mezcla de miedo que huye y regocijo,
que alza en danza de grito
hasta las nubes.
Yo volcaba, siempre rítmica cuerda, grave, grave,
y un sabor y un aroma discordantes,
como pájaros nuevos que se esquivan, atreviste
tus manos, hasta el borde mojado de mi cántaro.
Se miraban mis labios,
y eran,
viva síntesis flúida, hembra, hembra, y de pronto,
solamente agua, y de pronto,
ni siquiera.
El cristal sobre azogue de palabras, devolvía
la presencia,
de una boca en sabor desconocido.
Desde mi ángulo diurno de cordura, me miraba brillar
bajo la lámpara.
Después, vuelta de aquella elevación desnuda,
me descubrí tirada como un perro,
con la lengua volcada a las estrellas
y los dientes en polvo, y arañada
toda el agua de patas
imposibles; ya no estuve.
Sólo tu ausencia, fue la verdad real,
con gusto a sangre.
Quise inclinar de nuevo, y era un ancho arenal
seco, sediento,
puro sol fatigado de mis brasas,
era un cántaro hueco,
sin oquedad siquiera, una idea de cántaro
olvidada,
era un nombre cabal de inexistencia.
Y aquí, en la maraña, que quiso dejar a modo de
testimonio el viento, estoy;
mis dos brazos cubriéndome la cara,
así me encuentras.

GRILLO Y CUNA

De un bosque donde crecen
nomás
cunas, mi madre
cortó un columpio dulce,
maduro para el tiempo primero
de mi infancia.

Juntó flores de luna dormidas
en el agua, mi madre
y me las trajo,
con un azul silencio
robado de algún sueño de río
a ser mi canto.

El viento entonces iba
silbando
como un hombre
que vuelve del trabajo,
mi padre, como un ala de viento
sacudía
las ramas a su paso,
y a veces su latido temprano,
más temprano
que el bronce aún, despertaba
tañendo
campanarios.

El sol
como un abuelo de incendio
nos decía
su cuento cada día , de luz,
en la ventana,
y el techo, y las paredes, y el huerto
y la paloma y el patio,
y la mañana,cabrían en el puño dorado
de un durazno.

Mi padre
sembró grillos
de suerte en los rincones,
más pobres de la casa.

De noche nos cantaban
perdón
por todo el hambre del día
y prometían
espigas y racimos
que acaso maduraron después,
cuando fue tarde.

Así crecí, los seres
de lluvia me llevaron consigo
a todas partes
Fui lagrima en el llanto del sauce,
fui diamante
quebrado en las raíces frustradas
de algun barco.

De tarde descifraba señales en el cielo
mi madre,
por las noches,
mi padre me alcanzaba la voz
de mis abuelos, en una
remembranza ternura
con los ojos
callados,
y las manos dormidas
junto al fuego;
así crecí.
ESTA LLUVIA, EL PERDON, Y MIS ROSALES


Y la lluvia sonríe, canta dentro
del cristal que me habita
y repercute
sobre un suelo ya antiguo
en otras lluvias, y otras tardes miradas
desde lejos.
Mi ventana de ver el mundo, abierta,
y mi puerta a algún náufrago,
descubro
que no hay puertas,
que nunca hubo ninguna
para abrir, ni cerrar; que estuve afuera.
Y esta lluvia...
La tarde me habla quedo
como un hombre, cansado ya de días,
que repite y repite la aventura
no vivida,
y es su única aventura.
Que no sea la noche aún, imploro;
que esta penumbra se prolongue
y siga.
Que no llegue la sombra, que no arribe
la hora parda,
y el agua me columpia; recién nazco,
es temprano, necesito
de la gracia de un pétalo de tiempo,
del milagro de dar
mi voz exacta.
Un rocío ya apenas, esta lluvia
se ha quedado fulgiendo
en las corolas
amarillas y rojas de mi patio.
En cada gota –yo te absuelvo– escucho,
de la espina y la herida
que causaste.
Esta lluvia, el perdón, y mis rosales.
Emplumada de gris, vuela la tarde.

SALVADOS

Necesito entonces,
adherirme a la tierra,
prematuramente, descalza por el campo,
sentándome en los troncos quebrados y caldos,
ya casi horizontales al sitio
de sembrarme.

Me duele esa piel ruda, vegetal, mal herida,
y deslizo despacio por ella
hasta la hierba.

Mojo mis pies calientes en el polvo
cansado,
inevitablemente, me espero y me reclamo.

Desmenuzo los fríos terrones
que me aguardan, los quiebro, los deshago
con fuerza,
con lujuria, tal vez, hasta con saña;
seremos una misma sustancia,
antes lo fuimos.

Siento a veces que llego
ya a ser la anticipada molécula, y el barro
latido que respira, me impulsa y me apresura;
me entrego y me apodero del frío,
y del silencio;
ya somos una sola vital e inerte estancia.

Sucede que ahora llueve,
y el agua golpetea la cúpula del mundo,
me amparo y me descubro creyendo
estar a salvo, y estoy a salvo.

Al cabo
de siglos, me descifro:
mi suelo conmovido, presiente una angustiada
semilla
hacia un estío de nadas, germinando.


MÍNIMAMENTE Y ESENCIAL

Mínimamente y esencial, quería
su hora de amor.
Como Dios la suya de creación,
como Luzbel la suya
de maldad.
Unica, que le configuraría, recién,
definitivo. Terminar de hacerse,
clausurar ese estar abierto,
y arriesgado a cualquier
final.
Todavía inmaduro, todavía
mera línea de puntos en proyecto,
todavía
con la indecisa sustancia del origen,
con su boca y sus ojos
sin timón de gustar, y sin imagen,
su hora de amor.
Actual, tardío ya, casi, necesitaba
de esa clara razón contra su absurdo,
ese color de: sí, para saberse,
ese tono de sí, para escucharse,
ese dolor de si, para sentirse.
Más que a su sangre, en hondo
ser y gesto, dentro y fuera de carne,
precisaba
inscribirse con su señal de hombre
inextinguible en la memoria
larga del transcurso.
Desatado a total, alto y rebelde,
cada molécula suya de sentido,
cada aurora de anuncio y de presagio,
eran su hambre y su sed, y eran su aliento
de probarse latiendo en el espejo.

Imprescindible, ningún paso a confín
sería trazado, ni el sonido transmitiría
su presencia,
ni la caricia movería sus alas
sobre la piel caliente, ni lograría sin ella,
desprendido, el aroma maduro de verano;
su hora de amor.
Mínimamente y esencial, que unan
agua y cántaro exacto.
Anda implacable de negación, su barca
encallada, inconmoviblemente.
Porque si era suya,
si con esa promesa lo empujaron a latir,
a crecer y a perpetuarse.
Si fue esa su primera visión indescifrada
y, resignadamente, indescifrable.
Si con esa luminaria lejana deslumbraron
su pupila, todavía de pez.
Si tras ella fue que adivino y hundió a vida
hasta lucha y derrota, y hasta credos
y puños, inservibles.
Si en su alforja, sobre la crin caliente
del chasquido, junto a pan de nutrir,
fue él de mareo,
el de estallido a muerte, sin morirse,
y el amuleto breve, de gozar.
Desde germen informe a exuberancia,
todo en él era selva, ya impaciente de fieras
y de nidos, y de garras y cantos,
y de muertes.
Se sentía, rudo atleta de cumbres, engañado,
en un tren de juguete, y seducido
con un cuento de hadas,
increíble.
Lima viva gastando su costado,
polvo propio mordiéndole la boca, y asfixiado
su grito, como un ave, aterida y sepulta
bajo miedos.
Todavía inconcluso y ya en regreso, su calculado
declinar previsto, en el total
derrumbamiento grande.
Epicentro y montaña sacudida, tierra roja
de cráteres, inescrutable corazón del fuego,
su estallada, fundamental angustia,
voz de volcán y llanto,
que le cumplan.
Trunco mástil sin ala, paso ciego de andar
inencontrado, y un borroso contorno
ese paisaje, vano de hombres, panorama de pájaros
Y piedras, y de árboles muertos,
y su tumba.
Densa atmósfera inerte, dibujada, de impotencias
y añicos. Tentativa de asir, y la imposible
elusión de presencias permanentes,
tenaces, como guardias.
Híbrida estancia,
carne, sueño, mortajas, apetitos,
hora nutrida a saciedad y hartazgo, y todavía,
sin conducta de muerte bajo el beso,
y sin labios, sin dientes
sin saliva, sin la azarosa alternativa; luces,
sombra y luces, y sombra, y luz de nuevo.
Única suya de clamor, la hora
no de gulas ni triunfos, no del arca, ni el mando,
no el poder, no la gloria.
Imperioso, piramidal y ya sobre el bramido,
su exigencia de pie, jugado a todo,
todo a cambio, memorias y futuro,
y su grito:
que deshaga, derrumbe y desmenuce, la fantasmal
hechicería de mundos, y que borre y apague,
asfixie y muera, la esotérica alquimia de cerebro,
y disperse a preantes, rancio caos de orden,
y libere ese enclaustrado ser, de hacer en hombre
en la sola, omnipotente hasta deidad y única,
hora de amor, su hora.


MAÑANA ES SIEMPRE

Cómo quisiera despertar cantando.
Pero amanezco, en cambio,
dolorida
de no haberme quedado en ese espacio,
en ese tiempo de morir prestada.
Una isla no inscripta en ningún mapa,
una célula enferma de ignorancia,
un asfixiado mundo en miniatura,
una avanzada humanidad triunfante,
en clarines y hogueras
homicidas.
Tabla sola, sin náufrago siquiera,
y luchando,
relincho hacia la costa,
y animada nomás por el recuerdo
de un aliento mordido a sus astillas.
Cómo quisiera despertar cantando,
y me muero de sed y hambre
de canto
mientras desborda la preñada aurora
en promisorio bermellón de vinos,
y expandida,
hoguera en panes, horneándose a lo alto.
Yo estoy abajo,
debajo de la historia,
sepultada en antorchas apagadas
y estandartes marchitos.
Sumergida en humores subterráneos
y en cenizas de huesos
de bandido,
Soy el ser que no fue, lo que no pudo,
la olvidada, desdeñada semilla,
pero existo.
Dentro
tengo un sauce inclinado que me llora.
Un niño triste me llama, sin nombrarme.
Me doy cuenta,
me doy cuenta, yo existo.
Mañana espero despertar, cantando.


SUEÑO QUE LLUEVE

Sueño que llueve y que me estás queriendo.
Cielo en congoja, mi corazón deshace,
y deshaces con él; lluvia tú mismo
me transcurres lento;
yo me dejo llevar por los canales
inundados de hojas
y de pasos
y un crujido me llora desde el hueso.
El mundo en selva
de colores
viene
a espejarme en nosotros, y a impregnarnos
de misterio, de aroma y de raíces.
A la vera de esta
irrealidad, palpita, un niño tibio
que indeciso arrima
con su barco de papel y quiere
navegar nuestra sangre.
Sueño que llueve; acaso estés soñando
a mi ritmo, y amándome,
y en tanto,
esta lluvia silente, tal vez sueñe
ser mujer, y sufrir.
Avido el suelo que la bebe sueña, quizás,
ser hombre y consumirla; ruedo
como una gota entre tus brazos, vuelco
sollozando tu nombre.
Tu deslizas, compactado llanto, por mi cielo
y rompes; un deshacer unidos,
ya no somos, y despierto.
Sin nosotros, y sin sí mismo, el sueño
se ha quedado soñando
ser la muerte.


EN ESTE DÍA DE LLUVIA

Un gris limpio, monótono, inasible,
en este día de lluvia
y cielo enfermo,
el corazón del agua está soñando
con bandadas de pájaros
de vidrio,
y en la rama otoñal, junta la ausencia,
luces mojadas, y voces
de aluminio.
Hay como un gato gris
rondando en torno,
así de blando,
así
de ojo amarillo.
Es casi tarde, mi niñez descalza,
viene a buscarme por un largo río,
bajo un mar vertical
deshilachado,
y un silencio de océano dormido.
Salgo a su encuentro, quedo de su mano,
me desnudo en su piel, líquida cuna,
vuelvo a mi antiguo manantial,
deshago,
gota a gota, pausada, mansa,
muerta.
Bajo un llanto de techos castigados,
somnolientos, reencarno,
soy de lluvia.